Entre la realidad y el espejismo me desgrano,
Muñeco de aserrín cortado a medias,
Dios rompió la última lámpara,
Quemó indultos,
Ni hombre ni mujer para comprenderme
O herir con una felación antes del despertar.
Persigo a mis súbditos entre sollozos,
Grito: Súcubos retornó el malnacido
Agonizo en mi trono, descorchen orgías
Beban la lejía del Deja vú, la sabíduría,
Prendan la inconsciencia del idealismo de los tambores
con mendrugos de derrota, alégrense bastardos,
Su emperador compone una ruptura
Que remarca
No soy nadie...quizá árcangel ensombrecido.
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