
Yo como los perros
No aprecio al carmesí
Seduciendo muñecas
Muñecas que reconocen
El rostro de su dueño
Y aman la migraña
Que oxida lánguidos llantos
Daltónico por rutina
Hago del color,
Ausencia y la zozobra
Inmola sus pecados
Los menesterosos
Rasgan el albedrío
Del fariseo cansado
Que vomita heces
Heces en medio de mi duda
¿Babel se extinguió o los profetas la amarraron al destierro?
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